La aldea del Rocío pertenece al término municipal de Almonte, que esta a 15 kms. Esta aldea se ha configurado a lo largo de la historia en torno a una ermita.
Todos los domingo sobre todo desde septiembre hasta abril las hermandades rocieras vienen en peregrinación a rendir homenaje a la Blanca Paloma.
Además de la ermita de la Virgen del Rocío la “Blanca Paloma” podemos ver:
- Paseo Marismeño frente a la Ermita.
- Piara del Acebuchal, declarado monumento Natural, grupo de olivos denominados acebuches con cientos de años.
- Puente del Ajolí o Puente del Rey, paso tradicional de las hermandades rocieras la Boca del Lobo, bello paisaje al final de la “Madre de las Marismas”
- Camino de Moguer.
En la aldea puedes alquilar caballos y coches de caballos en muchos de los centros ecuestres que existen en la aldea, pudiendo pasear por caminos y paisajes rocieros.
Durante el Rocío Chico se suele realizar una Semana Hípica en la que se realizan competiciones.
Vivir en El Rocío podríamos decir que es vivir en Doñana: la aldea esta en el Parque Nacional formando parte de sus ecosistemas , de su mundo y de su historia. Un paseo por la aldea siempre es agradable en cualquier época del año, su amanecer en primavera hace al viajero reencontrarse con el origen de la vida en Doñana, las noches cálidas de verano, refrescadas por la brisa de la Rocina o laguna de Santa Olalla, no envidia las mañanas de otoño, cuando se difuminan los límites entre la marisma y la aldea, se viste entonces El Rocío de Doñana, como Doñana se hace Rocío en sus eternos atardeceres invernales.
Toda la aldea almonteña con sus calles de arena que se niegan a recibir asfalto que quitaría la esencia de este recogido y hermosísimo pueblo, es mirador de Doñana, sobre todo es un espectaculo ir al paseo Marismeño, a los pies del Santuario, una cuidada que une el puente de la carretera de entrada desde Matalascañas, con el Puente del Rey o Puente del Ajolí.
Equidistante de ambas referencias, en un recodo del paseo, a modo de península, el observatorio ornitológico Madre del Rocío, sirve también de punto de información al visitante. En el camino al observatorio el viajero deberá pasar cerca de la Plaza del Acebuchal, que recibe su nombre de los olivos silvestres, los acebuches, que la pueblan y que los almonteños, sabedores de su valor naturalístico cuidan desde antiguo En esta plaza existen uno de los mejores y más antiguos ejemplos de la arquitectura popular marismeña, casa bloque alargada, fachada simétrica, dos ventanas y puerta, cubierta a dos aguas con un primoroso tejido vegetal impermeable: la Castañuela, un arbusto típico de estas marismas rocieras. Terminado el recorrido en el puente del Ajolí y, teniendo como permanente referencia la espadaña de la ermita el agradable paseo se detendrá en la Plaza de El Eucaliptal, amplio espacio que en los días de romería y a la hora del rosario convoca a todos los estandartes, los Simpecados de las hermandades rocieras filiales.
Desde el Eucaliptal accedemos a la Plaza de El Real, por el mismo camino que en Pentecostés siguen los simpecados entre el rosario y la misa, que se celebra bajo el monolito rematado por primorosa imagen en piedra de la Virgen del Rocío. Y de allí al Pocito, antiguo surtidor que los abuelos del lugar recuerdan como una de las escasa fuentes de agua.
CABALLOS EN LA ALDEA DEL ROCÍO
El califato cordobés tenía en las marismas del Guadalquivir el espacio dedicado a la cría de caballos, bueno para este fin por lo abundante del agua y de los pastos, y cuya práctica de cría caballar en semilibertad sigue vigente en la zona.
La cría de caballos se pone de manifiesto la anual celebración de lo que se denomina “saca de las yeguas”, labor que consiste en recoger todo el ganado equino que durante el año vive en Doñana, y es llevado a Almonte, invariablemente, cada 26 de junio, hecho que sucede, al menos que se sepa documentalmente, desde 1607. 1
Durante el año la aldea es un lugar tranquilo situado en las puertas de Doñana; su paisaje va cambiando durante todas las épocas del año.
Durante cientos de años, algunos grupos de vecinos Almonte y de las localidades cercanas, habían ido creando un sistema de manejo del ganado que permitiera aprovechar los pastos que hay en las marismas.
Los ganaderos de Almonte dejan que sus yeguas y sus vacas libres en la zona de las Marismas.
En la Saca de las Yeguas las hembras y sus potros son reunidas y después trasladada hasta Almonte pocos días antes de la Feria patronal de San Pedro para la tusa, el herrado y la compra-venta. 1
La Saca ha evolucionando hasta adquirir una compleja configuración cultural en la que muchos elementos han sido incorporados muy recientemente. Todos estos elementos han sido muy eficaces para preservar esta actividad pecuaria en momentos de agudo cambio social en estas comunidades y de frecuentes crisis en sus relaciones con la Administración del Parque. 1
Nada parecido a la Saca de las Yeguas de las Marismas de Doñana resta ya en nuestra geografía salvo las rapas das bestas que se celebran en algunos lugares de la Galicia rural y algunos otros ejemplos en el norte del país, . 1
Fotografías Saca de Yeguas
Aún no ha amanecido en la Marisma cuando cada 26 de junio los yegüerizos de Almonte desmontan los improvisados y escuetos campamentos instalados en los llanos marismeños y en pequeños grupos desde allí se aprestan para localizar las yeguas que andan dispersas en sus querencias. El laborioso rodeo de los animales pone a prueba la habilidad de los jinetes, que se sirven de una vara de medianas proporciones o chivata para arrearlos. Poco a poco, conforme el sol va ganando altura, se van formando grupos de caballos cada vez más nutridos. 1
Desde el Sur, en las Marismillas o en las Nuevas, o desde la Marisma de Hinojos, jinetes y animales se van encaminando hacia el Norte de la Marisma. 1
En ciertos puntos específicos de la Marisma se van congregando las primeras tropas para ir, poco a poco, confluyendo en las playas del Rocío, a la vista de la ermita de la Virgen.1
Muchos espectadores se acercan, a prudente distancia, a ver el vibrante espectáculo del rodeo. Hasta hace pocos años, presenciarlo era mucho más difícil, puesto que las operaciones finales se realizaban en el interior de la Marisma de Hinojos y las yeguas, ya seleccionadas, seguían una ruta distante de la Aldea del Rocío para tomar el Camino de los Tarajales y, por fin, llegar a Almonte. 1
Desde hace algunos años, el Rocío se ha convertido también en escenario principal de la Saca. A última hora de la mañana, precedidas por una hilera de yegüerizos las yeguas entran en las arenosas calles del Rocío y, tras un último agrupamiento, son conducidas al trote hacia el santuario. Allí, desde una de las puertas, abierta de par en par, mientras las yeguas pasan, un sacerdote reza una oración y bendice a jinetes y animales. Se dicen salves y se dan vivas a la Virgen, a la que se invoca como Reina de las Marismas. 1
Terminado este acto, al que asisten muchas personas, las yeguas emprenden viaje, por alguna de las rutas tradicionales, hacia la villa de Almonte, no sin una parada a mitad de trayecto que se aprovecha para un breve sesteo y un agradable refrigerio bajo el pinar, que recuerda, de nuevo, las costumbres de los caminos rocieros. 1
La entrada por las calles de Almonte es esperada por una muchedumbre que ocupa esquinas y aceras a lo largo de todo el recorrido por el pueblo. La Feria de San Pedro está al caer y el Chaparral, un llano arbolado que sirve de recinto ferial, ya está engalanado con farolillos y luces, y su perímetro ya lo ocupan las casetas. Las yeguas, divididas en tropas de unas decenas de cabezas, van circulando entre la gente, como si el mundo natural de la Marisma se hubiera enseñoreado de las calles del pueblo. 1
La mayoría de los animales termina en dentro de un recinto ganadero municipal que está a las afueras del casco urbano donde al día siguiente tendrá lugar la tusa: el corte de las crines y las colas para evitar que, de nuevo en la Marisma, su abundante pelo se enrede en las alambradas o en los altos matorrales espinosos. 1
Los potros nuevos, tras una dura pugna por separarlos de sus madres en un corral atestado de yeguas, serán marcados a fuego por sus propietarios, y los niños, en un ritual simbólico de posesión, los montaran por unos instantes. En los mismos corrales o en la improvisada cantina, construida a semejanza de las casetas populares de la feria, tienen lugar los tratos de compra-venta en un ambiente festivo. 1
Concurso morfológico
Desde hace algunos años se celebra un concursos morfológicos para premiar la «autenticidad racial» del ganado, en los técnicos cualificados clasifican y evalúan por el patrón morfológico óptimo a aquellas yeguas que optan a los premios. 1
Este empeño por recuperar las señas del ganado marismeño autóctono se une a la cultura, tanto en la Saca como la cría del ganado cuyo sentido convergente para reforzar su carácter de tradición local. 1
Fuentes:
1. Michael D. Murphy, J. Carlos González Faraco
Conoce mas detalles sobre:
– VIRGEN DEL ROCÍO ALMONTE
– CUANDO SE CELEBRA LA ROMERÍA
– TRASLADOS A ALMONTE
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