Virgen del Rocío vestida de pastora
Desprovista de ráfaga, corona, manto y media luna que la caracterizaba como mujer del Apocalipsis de San Juan, deja ahora apreciarse su grácil silueta de mujer casi niña, como una más envuelta en la muchedumbre, es en definitiva su aspecto más humano que divino el que prevalece para estar más cerca, más en contacto con el pueblo que la aclama. Podría decirse que al contrario de la Ascensión, María baja a la Tierra para mezclarse con sus gentes en un gesto de humanidad y ternura únicos.
Historia vestimenta en traslados
Los acuerdos tomados, para decidir los traslados de la Virgen a Almonte y las idas a su ermita del Rocío son poco explicitos en detalles. Probablemente nuestra curiosidad y nuestro deseo de saber exactamente como eran, nos llevan a imaginarnos escenas y circunstancias, muy subjetivas. La investigación rigurosa no puede ofrecer más de lo que hay documentado, Refiriéndonos al atuendo o vestido que llevaba la Virgen en los traslados no se dan detalles de ello. Hoy sabemos que la Virgen viene vestida de una manera totalmente diferente de como está el resto de los años en el Santuario.
A esta forma de ir vestida se le conoce popularmente como pastora, quizás por la esclavina o el sombrero rodeado de flores silvestres, pero la verdad es que no se trata de un vestido pastoril sino más bien de un traje en viaje que según algunos autores lo catalogan como de mediados del XVII y otros como de inspiración romántica. En cualquier caso se trata de un atuendo de mayor austeridad y sencillez que el denominado de reina.
Este vestido consta de una saya que se ajusta al mismo verdugado o basquiña que el de reina pero generalmente de brocados más ligeros” donde, hasta no hace muchos años, llevaba sujeta dos ristras de corazones de plata, en su mayoría exvotos.
Sobre los hombros una rica esclavina granate oscura de terciopelo con magníficos bordados en oros y lentejuelas.
Se toca en la cabeza con un pastoril sombrero cubierto de flores silvestres con amplia lazada que le cae sobre la nuca. Bajo el sombrero se deja ver un peinado de tirabuzones que cae hasta los hombros.
Desde cuando se viste así, no lo sabemos. Tampoco desde cuando se le velaba el rostro. Lo que sí podemos afirmar es que todo ha sido fruto de una evolución, de tal manera que en los primeros traslados la Virgen del Rocío venía tal como estaba antes de vestirse con telas, aunque parece probable que se cubriera con una especie de manto o capa para guardarla de las inclemencias del tiempo, lluvia o polvo. El capote actual es de reciente utilización.
Referente al atuendo del Niño el vestuario de “pastorcito” data de mediados de este siglo ya que aunque la Virgen cambiaba su ropa de Reina por “Pastora” el Niño permanecía vestido de príncipe con su coronita de resplandor, su centro y su mundo. Es quizás la Imagen de la Virgen del Rocío la que ofrece unos cambios más bruscos en el vestuario de cuantas advocaciones de vírgenes conocemos.
Virgen del Rocío tapada
Para proteger a la imagen en su camino del poblado del Rocío hasta Almonte es cubierta con un capote cerrado y un pañito en la cara.
Fuentes:
Manuel Angel López T.
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